miércoles, 19 de enero de 2011

Sueños...

Todos queremos llegar a la cima...

¿Pero a cuesta de que?

Todos alguna vez soñamos con ser exitosos en esta vida...
Tener mucho dinero, una gran casa con piscina y un auto que nos lleve a nuestro trabajo por las mañanas, 
o mejor aún, un auto con un chofer que nos lleve a nuestro trabajo por las mañanas. 
Las listas de deseos son interminables y distintas a la de otros. 
Y cuando llegamos al punto máximo, allí donde sentimos que podemos tocar el cielo con las manos, 
entonces, esbozamos una amplia sonrisa porque todo el mundo es nuestro. 
Y por un momento sentimos felicidad, pero no tenemos a alguien para pedirle que nos pellizque 
y nos diga que no es un sueño, que es la realidad. Entonces 
¿De qué sirve alcanzar la cima si no tenemos a nadie que comparta nuestra dicha? 
Es como la frase "La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo"
 porque te quedas sólo cuando quieres todo para ti y descubres que eso no era lo que querías 
al final o que si lo querías pero no de esa forma, no estando sólo. 

Lo mejor de conseguir nuestros objetivos, 
es que al terminar podemos decir que en el camino, nunca estuvimos solos.


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